Ángeles Fal, portavoz de Llar Trans, celebra una norma que «hará que nuestros hijos e hijas tengan un futuro mejor»
La ley trans es una realidad: el Congreso de los Diputados ha dado el visto bueno definitivo a la norma que reconoce la autodeterminación del género de las personas trans y deja de considerarlas enfermas.
«Esta ley permite a todo el mundo ser quien es sin miedo, sin culpa y sin discriminación. (…) Nos dijeron que era imposible, hoy es ley, así que, por favor, con todo el orgullo, con toda la felicidad, celebrad, llenad de orgullo las calles de nuestro país. Nunca más un país sin las personas trans», ha celebrado la ministra de Igualdad, Irene Montero, en el Parlamento.
Y en Asturias la celebración tampoco se hizo esperar. «Hoy se ha votado , por fin, y estamos muy contentas. Como no podía ser de otra manera. No es una ley perfecta, hay cosas que se han perdido por el camino y han quedado en el tintero, y por las que habrá que seguir luchando. Por ejemplo, las personas no binarias han sido excluidas de la ley y sobre ellas hay un vacío legal que habrá que cubrir. Y también hay flecos con respecto a las personas menores, cuyo tratamiento no ha sido todo lo bien planteado que se debería. Pero en todo caso es una ley muy importante», indicó Ángeles Fal, portavoz de la asociación Llar Trans y madre de una joven transgénero.
Para Fal y todo el colectivo asturiano, la legislación avanza en dos aspectos clave como son » la despatologización y la autoderminación de la identidad de género. Hace años que la OMS dice que la transexualidad no es una enfermedad, así que era una anomalía tener una ley en la que se obliga a las personas a hormonarse, a tener un diagnóstico de una enfermedad que no existe, y eso era lo que nos marcaba la ley vigente. Y por otro lado, la autodeterminación es el otro gran hito. No podemos seguir tratando a las personas trans como si necesitasen una tutela, como si fueran incapaces de determinar quiénes son y qué tienen que hacer con su vida . Las personas trans también saben quienes son, igual que el resto, y tienen derecho a ejercer su autodeterminación».
Como feminista, y como asturiana, a Fal aún le duelen muchas de las batallas que en este tiempo han mantenido contra la ley algunas personas importantes del movimiento feminista español. Como la catedrática Amelia Valcárcel. «Siempre hay gente más recalcitrante que otra, pero a veces es difícil pensar que no es por una cuestión de odio, sino que es algo heredado. Hasta 1995 existía una ley de peligrosidad social y las personas LGTBI eran encarceladas. Así que no es raro que aún queden reductos de prejuicio. En Fuerteventura quedan vestigios de los campos de concentración de mujeres trans y no hace tanto se usaron en España».
Pero es momento de mirar hacia delante, dice Ángeles Fal. «Confiamos que
quedan vestigios de los campos de concentración de mujeres trans y no hace tanto se usaron en España».
Pero es momento de mirar hacia adelante, dice Ángeles Fal. «Confiamos que las generaciones nuevas tendrán esto olvidado y sobre todo confiamos en que esta ley marque un paso fundamental para dejar de creer que hay algo en ser trans o que hay algo de delictivo o que alguien es sospechoso detras de una persona trans. Ser trans es solo una vivencia. Bastantes problemas de socialización han tenido; ya solo podemos esperar que esto disminuya y que los los jóvenes trans tengan un futuro igual que si fuesen cisgénero».
Exigencia de la ley regional
Ángeles Fal recalcó que esta ley «siempre trató de derechos humanos y esa es nuestra defensa». Por eso, con pena pero dándolo por superado, recordó a personas como las feministas Valcárcel o Carmen Calvo: «Me da mucha pena que dos mujeres como ellas no entiendan que mi hija no es alguien con quien tener prejuicios; me resulta difícil decirlo sin emocionarme. Ambas han sido muy protagonistas del ruido y espero que esto sea el final, y que dejen a las personas trasn vivir en paz. Creo que ha habido guerras de poder que solo han servido para hacer daño a personas que ya eran muy débiles».
En todo caso, para Fal hoy era el día de pensar en otras personas. El día de agradecer a «Carla Antoneli, a Marina Sáez a Irene Montero.. tantas personas que han sido aliadas defendiendo a las personas trans. Es el día de recordar a Xega y a asociaciones como Llar. Es día para hablar más de todos esos y menos de Amelia Valcárcel».
Finalmente, desde Llar se exige que Asturias se ponga las pilas para redactar una ley autonómica «que no tenemos. Los únicos que no la tenemos junto con Castilla León. Asturias tiene que ponerse las pilas y defender los derechos que la ley estatal ya está marcando. Necesitamos desarrollar la ley para que, por ejemplo, se deje de tratar sanitariamente a las personas trasn en un gueto, en Avilés, una mañana a la semana y les permitan acceder a los servicios de endocrinología, de psicología, igual que el resto de las personas asturianas. Y también para que en los colegios se puedan integrar perfectamente a esos niños y niñas que tienen una identidad sexual que no coincide con la que les están asignando en los papeles y piden respeto». A sabiendas de que la ley autonómica llevará su tiempo, desde la asociación piden que «el nuevo gobierno que salga de las urnas lo tiene que considerar prioritario. Tiene que desarrollarse una sanidad diferente, una atención sanitaria diferente, para que haya más apoyo en los colegios y para que nuestros hijos e hijas tengan un futuro mejor»-
Amelia Valcárcel, más a la contra
Por su parte, Amelia Valcárcel, que ha tenido un papel muy activo en la contestación a esta ley, hacía esta tarde un último apunte tras la aprobación en el Congreso. «En este preciso momento se está perpetrando en el Congreso una ley, la trans, de la que no habrá tiempo suficiente para arrepentirse. Muchas personas tenemos la conciencia de haber hecho cuanto estuvo en nuestra mano para frenarla. Desde hoy nos ponemos a trabajar en contra».
Volviendo al Congreso, la titular de Igualdad ha reconocido que la ley ha salido finalmente adelante a pesar de las dificultades, «contra todo pronóstico» , y ha defendido que se trata de una de las normas más importantes de la legislatura.
«Es una ley que reconoce el derecho a la libre determinación de la identidad de género de las personas trans, despatologiza las realidades trans. Las personas trans no son enfermas . (…) Muy poca gente confió en que eso fuera posible», ha subrayado la ministra.
Cuando entre en vigor, la ley acabará con las tutelas médicas y judiciales de las personas trans, de manera que su voluntad sea el único requisito exigido para cambiar su sexo y su nombre en el Registro Civil. Cualquier persona
podrá solicitar la modificación registral a partir de los 16 y los menores de 14 y 15 años podrán acceder al mismo procedimiento, pero con la autorización paterna.
Los partidos de la coalición y los socios de investidura, que han apoyado la norma a diferencia de PP y Vox , han repetido en diversas ocasiones que este jueves es un día histórico en España porque se amplían derechos del colectivo LGTBI.
El PSOE, cuya participación en la tramitación de esta ley ha sido errática , ha optado por dejar atrás definitivamente la polémica, sacar pecho como «partido feminista y de derechos LGTBI», y sumarse a la celebración por la aprobación de la norma: «Hoy España es un país mejor, un país más justo, un país más igualitario y más respetuoso con su diversidad», ha ensalzado la diputada Raquel Pedraja.
Reconocimiento de los colectivos
El debate de la ley trans se ha producido en presencia de los principales colectivos trans y LGTBI, que han celebrado con aplausos la aprobación definitiva de la norma.
Han sido numerosos los reconocimientos que diputados y diputadas han hecho desde la tribuna a los activistas que han luchado hasta el final por que la ley trans fuera una realidad.
Nos han dicho tantas veces que esta ley no sería ley y habéis aguantado y puesto el tipo tantas veces que sólo puedo daros las gracias», ha apuntado la ministra de Igualdad.
Entre los asistentes en tribuna, Carla Antonelli , que ha acompañado la tramitación de la norma incluso después de abandonar la militancia socialista.
Ondeando una bandera trans, Carla Antonelli ha declarado a las puertas del Congreso que «se ha hecho justicia»: «Siempre estuvimos en el lado correcto de la Historia», ha defendido.